SEXTING Y VINCULACIÓN VIRTUAL

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Ilustración @nsfwjavgreen (stemmit)

Para ti que acabas de obtener el password de esta habitación conectada

A los 12 mi regalo de cumpleaños fue una computadora de mesa, en ella hacia los

trabajos de la escuela y los guardaba en diskette sobre todo para las clases de computación, me gustaba cuando llegaba el momento de escribir el nombre del - archivo - sobre la etiqueta de rayas que tenia ese disco magnético, verdaderamente lamenté el día en que desapareció el diskette de forma definitiva. Aunque tenía computadora no tenía internet en casa así que cruzaba la calle he iba al cyber que quedaba frente a mi edificio, allí abrí mi primera cuenta hotmail, como estudiaba en un colegio católico, de monjas y de puras niñas moría de curiosidad acerca de lo masculino, en ese cyber me convertí en la fan número uno de latinchat, hi5 y cuanta página para conocer personas por internet existía en esos momentos.

En esas páginas tuve mis primeras interacciones con el sexo opuesto: conocerse, hacerse preguntas, mandarse fotos, mensajes sexuales, así como experimentar el deseo desde una seguridad completamente anticonceptiva. Como mi intención no era verme con nadie de mi ciudad hacía match con personas de otros lugares que además me comentaban sobre su cultura y sus costumbres así que me movía en un terreno relativamente seguro considerando los riesgos que implican este tipo de - prácticas - que van desde la vulneración física, el acoso cibernético y la prostitución no consentida, solo por nombrar algunas.

Lo más divertido comenzó a los 13 cuando me regalaron mi primera cámara web y me pusieron conexión en casa, aunque aún la computadora estaba en la sala, mis padres trabajaban así que no era gran problema al menos que alguno de ellos llegara temprano o fuera fin de semana, además soy hija única y sin hermanos mi casa era territorio controlado, escenario de mis anhelos y teatrino de mis aventuras.

Sin duda fueron tiempos de experimentación y tanteo de terreno, allí conocí la forma masculina, les solicitaba cualquier tipo de locura que se me ocurriera a cambio de mostrar algo también, generalmente la oferta era: tetas por pajazos, por supuesto subía la apuesta luego de la erección con un: ”agarra una regla y mídetelo ”, era verdaderamente divertido verlos dando vueltas buscando algo con que medirlo en medio de la excitación. Ellos luego de cumplir pedían - tantitas nalgas - pero tenía 13 no estaba preparada aún así que era la chica tramposa pero linda, ser precoz nunca fue lo mío y escabullirme siempre ha sido una forma para hacerme desear.

Mantener el control de la situación y establecer los límites necesarios era lo mínimo que podía hacer para garantizar la tranquilidad de mi madre, que si bien no le contaba todo lo que ocurría le asomaba siempre alguna cosa, ella respondía: ¨ ¡ Cuidado con verte con gente que no conoces, puede ser peligroso, secuestran niñas hay hombres grandes, con más experiencia, ¡ cuidado ! ¨, claro que tenía cuidado, nunca quise ser presa de nadie, desde pequeña como la Franco Farías ”EL MUNDO FIFTY - FIFTY O NO HAY TRATO ”.

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Ilustración Assento Agudo

Después de clases mis amigas venían a mi casa y comenzábamos la fiesta, conectábamos con alguien y jugábamos con él. Sara, la más experimentada de mis amigas nos instruía en seducción y putería, movimientos, ofertas y hielo en los pezones para que estén parados: ”eso los hace más atractivos ”, decía.

A los 16 mi amiga Andrea se enamoró por internet de un chico musulmán que vivía en Londres, era muy interesante e inteligente y nos comentaba cualquier tipo de cosas rudas acerca de su cultura, la imposibilidad que tenían los - muslim - para tener novias y la presión a la que eran sometidos por su familia, era verdaderamente difícil - ser - en aquella situación que él nos planteaba, siempre desee que ellos pudieran reunirse y conocerse frente a frente, mi amiga ya había ido a Londres, así que volver luego de graduarnos de bachillerato no sería algo imposible, quizás lo imposible sería que la cultura occidental y la del medio oriente pudieran hacer las paces.

Gracias al chat aprendí hablar inglés y me relacioné con hombres de todo el mundo, conocí a Hunter, vivía en EEUU y aunque era amable no me convencía el hecho de que era republicano y apoyaba a Bush, incluso justificaba la guerra en Irak, era realmente conservador. Mariano era mexicano y le gustaba el rock era súper buena onda pero definitivamente no me convencía su cabello largo y desatendido. Alex era Argentino, rubio y un poco pretencioso también algo romántico pero su pene con forma de gancho me daba un poco de miedo, tipo - me asusta pero me gusta -.

Nunca me enganche ni logre enamorarme verdaderamente, sólo lo hacía por diversión, aunque debo confesar que con unos me ilusionaba más que con otros. Fantasear es algo mucho más dulce y creativo que el - explicit concept - siempre lo he dicho: ¡ Para qué tengo este cerebro si no es para imaginarme todo esto contigo !

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Ilustración Makoto Aida

Pero hablemos del presente, no fue sino hasta noviembre del año pasado que he desempolvado mi antigua pasión por el sexting. Si, es verdad, debo ser sincera quizás una ruptura amorosa me devolvió a los deseos más genuinos y primordiales, pero las cosas han cambiado y latinchat ya no está en onda, así que armé delicioso mi perfil de tinder y la verdad modestia aparte muchos match, já – ¡Oh, tecnología, ¡droga de la posmodernidad! – nos exclamaría el buen Bauman.

En la app de tinder conocí a muchos chicos: israelíes, suizos, chilenos, africanos, hindúes y hasta venezolanos … si, finalmente crucé mis propias barreras y flirteé con un par de caraqueños bien panas y cachondos - bien portaós los muchachos -, conocí a dos, con uno subí al Ávila y estuvo bien lindo ese paseo, con el otro me tomé un café y jugamos ajedrez hasta aburrirnos dentro de la cafetería, luego nos deslizamos por las aceras caraqueñas hasta llegar cada uno a su destino por separado. Esa fue la primera vez que me veía - face to face - con alguien que había conocido por internet.

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Ilustración Daniela Alfonsina

Entre match y match encontré mi – special one - un chico de Pakistán llamado Ataff Choham, era elegante, divertido y con un halo de melancolía en los ojos que te hace desear consolarlo, es ingeniero y trabaja en una compañía que hace paneles solares. Me parecía encantador y en sus fotos parecía el Aladdin que había solicitado en mi infancia, me enganché rápidamente con él, la distancia y las diferencias culturales realmente lograban encenderme muchísimo.

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Ilustración Daniela Alfonsina

Hablamos sobre su cultura y la tristeza que sentía su corazón solitario al no tener permitido -tener novia -, en Pakistán, como en la mayoría de los países musulmanes sólo pueden ser: esposos. Ellos están aislados de las mujeres y las mujeres de los hombres. Él tiene 27 años y dice que es virgen, sólo conoce el sexo a través de la pornografía y la red virtual, me comenta que ha estudiado mucho al respecto, yo solo sé que ama los - Gif sex’s -.

Sentía pena de esa realidad tan castrante y estrecha, pero sobre todo violenta, enterarme de que hay policías dispuestos a arrestarte en las puertas de los hoteles si te – pillan – me jamaqueaba el coco horrible. En esas sociedades la familia y la tradición es cuestión de honor y disciplina, no está hecha para ser desafiada.

Creo que nunca había respirado tan hondo por haber nacido en esta parte del mundo y es que toda esa historia me hacía sentir privilegiada de ser hija de la cultura occidental, esa misma cultura a la que tantas veces desprecie y a la cual deseo la mayoría del tiempo deshacer.

Ataff y yo fantaseamos muchas veces con encontrarnos en Europa cuando él finalmente, después de cumplir algunos compromisos con sus hermanos menores pudiera viajar a especializarse y yo saltará el charco por alguna nueva ambición artística o personal.

Deseo tanto que él finalmente encuentre algo de libertad y deje salir todo ese fuego que guarda en sus ojos negros, verdaderamente creo que en sus brazos sería feliz pues su clase y su dulzura son de otro planeta. Me contó que tuvo una relación con otra chica, también a distancia, era de su cultura pero luego que los padres de la chica encontraron para ella un marido, no se vieron más, pues ella hizo una familia.

Realmente podía imaginarme claramente el momento en que nos encontráramos y viera sus ojos negros, su barba poblada, su piel morena y todas sus células hablando de kebab, alá y el idioma más espiritual del universo, el urdú. Nuestros horarios eran completamente invertidos, cuando aquí era de día allá era de noche, mientras yo dormía él trabajaba, mientras yo trabajaba él dormía, pero siempre me escribía y yo sacaba algo de tiempo para conectarme con él en la tarde, después del almuerzo.

Era tan dulce que a pesar de que podíamos hablar en inglés, él prefería hacerlo en español usando traductor, esos pequeños detalles que te dan en la ¡madrecita santa!. Nos conocimos en invierno así que me enviaba fotos de la nieve y de los más hermosos paisajes invernales de Pakistán. Siempre hablaba de mis ojos con especial mención y decía que mi belleza era aún más grande que la de cualquier actriz de Hollywood y aunque a mí me daba risa y me parecía ridículo, creo que para él era un gran cumplido.

Ataff y yo nos pajeabamos hasta - morirnos juntitos - recorriendo con nuestro móvil cada rincón de nuestro cuerpo, las partes menos exploradas y menos eróticas eran nuestro pequeño secreto, nuestros lunares un mapa con contenido cifrado, las fotos un tesoro que juramos no compartir con otros y es que Ataff me atraía tanto que hice videollamadas con él en baños públicos mientras iba de un sitio a otro en mi ciudad.

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Ilustración Assento Agudo

Recuerdo claramente su cuarto, tenía en el techo una placa dorada y era increíblemente elegante, la cobija que lo cubría era vinotinto con rosada y tenía una gran flor de loto en el centro.

A pesar de que su cultura no celebra la navidad me acompañó todo ese día e hicimos pastel de chocolate juntos - on-line - dijo que verdaderamente se veían deliciosos y que moriría porque le diera un trozo en la boca. Me deseo bendiciones y me explico que ni su cultura ni su religión celebran – la navidad - pero al menos tendría un día libre y eso lo hacía feliz. Atiff, como me gusta llamarlo, ama el cricket así que mientras nosotros esperamos las campanadas él se juntaría con sus amigos para un partido, sin dudas para ambos sería un buen día.

Recuerdo lo que me dijo ese día como si fuese - tienes un mensaje nuevo - ahoríta mismo,

! Feliz navidad, mantente bendecida !

Desarrolle una curiosidad increíble por el hombre de Asia y el Medio Oriente, me volví adicta a la poesía árabe, sobre todo del norte de África, porque también hablaba con un chico que era de Marruecos, con él conocí a la poeta Latifa Meskini “ el gemido es un canto que se cubre con el trance. Si el gemido fuese una morada me alojaría en ella” que sensibilidad divina la de esta gente, son realmente maravillosos.

Empecé a leer la novela del sudanés Táyyeb Saleh - época de migración al norte - creanme que es un antídoto perfecto contra la xenofobia y la discriminación a la diversidad, aquello es exquisito, viniendo de un pueblo multilingüe en el que conviven tantas expresiones y lenguas distintas, se puede entender con mucha claridad el espacio que todos tenemos en el mundo. La dedicatoria resume muy bien la intención principal de la novela, a mi me perforó los sesos “ A todos los que ven con un solo ojo y hablan con una sola lengua, a aquellas para quienes las cosas solo son blancas o negras, orientales u occidentales”.

!Interracial bebé! Ataff había viajado a la boda de un amigo y tendría menos tiempo para hablar, los matrimonios allá representan una gran celebración pero de igual manera hombres y mujeres comen y celebran en habitaciones separadas. En mi imaginación yo estaba volando en una alfombra mágica y como venía de tierras lejanas no podía hacer otra cosa que - conocer y aprender -.

En la ausencia de Ataff mi curiosidad cultural aumentaba así que consultaba blogs, foros de mujeres latinas que interactuaban con paquistaníes, puedo decir que leí las mejores y las peores historias, hombres casados que se hacían pasar por solteros, mujeres que pagaban visas y pasaportes para conocer a sus amantes, mujeres enrumbadas en noviazgos cibernéticos de varios años, mujeres con pánico de que eso, que - estaban viviendo - fuese falso, la severa acusación acerca de la tendencia de los pakistaníes al sexo web, pero ¡ hey ! ¿quién podría culparlos? - not me -.

Para entender esto último en particular conseguí una app exclusiva sólo para chicas y chicos de pk - Pakistán - para empezar hay millones de perfiles falsos, cazadores de - nudes - las chicas se protegen muchísimo en ese tipo de red y jamás dan su - whatsapp - a diferencia de los chicos, ellas prefieren hablar sólo desde el chat interno de la app. Conecte con algunas - sis - como se llaman entre ellas y logre conseguir las confesiones e historias mas alocados respecto a cómo desarrollar de alguna forma la pasión sexual, algunas incluso contemplaban el incesto y el sexo anal - wooou no es mi intención ponerte a sudar pero el camino del amor - como el del señor - es misterioso.

Me sentí bastante cercana a la impotencia experimentada por los hombres de Pk para acceder a las chicas, realmente son - misión imposible - fue muy complicado, logre demasiado poco y puedo decir que respondía todas sus preguntas con esmero: tamaño de brasier, si había visto alguna vez un pene erecto, si podíamos besarnos en la calle, ¿porqué los hombres están obsesionados con el sexo oral? ... estas chicas eran exigentes hacían muchas preguntas, por supuesto que tenían mucha curiosidad. Algunas insinuaban que éramos bastante - dadas - creo que la pregunta : ¿cómo haces para que te respeten después del sexo ? era la 2da pregunta que más me hacían, ¨¿los chicos te toman en serio? ¨, tranquila sis - slow - que sea tu marido no te garantiza nada. Mis preguntas eran elementales ¿Cómo hacen cuando les gusta un chico en la calle o el amigo de algún hermano? ellas respondían : “ simple , lo ignoramos”. Nunca logre tener el whatsapp de ninguna de las sister de Pk.

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Fotografía - collage Tyler Spangler

Ataff volvió de viaje y nuestra interacción volvió al mismo ritmo de antes, sentí que verdaderamente me extraño, quería que hiciéramos videollamadas mucho mas seguido me llamaba unas tres veces a la semana y fue justo allí donde todo empezó a descontrolarse. Mi vida sexual se estaba volviendo demasiado intensa, tanto la real como la virtual y aunque era estimulante definitivamente tenía que cerrar el grifo y disciplinar mi alma, enfocarme en lo mío y conseguir algunos objetivos personales, después de todo era por eso que había puesto un – tacho - en mi relación pasada, necesitaba volver a mí, atender una necesidad de cambio, liberarme un poco de la sensación de asfixia que estaba experimentando … pero bueno ya saben con qué facilidad nos distraemos de los objetivos importantes y buscamos distracciones amenas, incluso divertidas esto me recuerda la frase de un poema de Ana Elena Pena ¨no buscamos amor, solo madrigueras para no morir de frío¨ bueno como sea que allá sido como dice Edith Piaf – no práctico el arrepentimiento – .

Sí, ya sé lo que piensan, uno justifica lo que sea con un poco de cultura, pero es la más pura y retorcida verdad no quería que mi cama permaneciera vacía y llenar ese vacío con sexo fue algo tan delicioso como insuficiente, como cualquier droga dura.

Mis amantes estaban despellejando mi tiempo, veía mi reloj personal derretido en un desierto del medio oriente, cuál pintura de Dalí, era demasiada energía. Por estos días cuestione la poliamoría como algo factible, no sólo por la complejidad emocional que implica sino, ¿de verdad es esto humanamente posible? tantas personas demandando tu presencia y atención, juro por Dios que llegue a confundir incluso sus nombres.

Las personas extremas pasan de una lluvia torrencial a una sequía preocupante, bloquee a Atiff y a todo el arsenal tinderiano de mi whatsapp, oculté mi perfil de tinder, deje de contestar los mensajes de los chicos que frecuentaba en la vida real. Busqué a mis amigas, me consolé con ellas, acepte que estaba un poco desmadrada y despechada, lloré mi pérdida, fui mordida en la nalga mientras subía la montaña por un perro negro que quizás era humano, abrace a mis amigas hasta que nuestras ganas de expansión personal, emocional y espiritual empezaron a vibrar juntas, aún nos mantenemos en el camino tomadas de la mano, una se fue a Medellín y el vínculo virtual lo hice con ella, aunque sus notas de voz son eternas, nos sostenemos.

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Colección de Rosendo Valencia (Pinterest)

Escrito por Daniela Alfonsina Reiter